Dadas estas ventajas y al crecimiento desbordante de los medios digitales en el mundo, no solamente en México se ha contemplado hacerla obligatoria sino en muchos otros países en los que aunque ya se emiten facturas digitales su uso no es obligatorio.
A pesar de que se dedican muchos esfuerzos para unificar los formatos de factura electrónica, cada país tiene sus normativas y diferencias legales en las exigencias tributarias, por lo que no siempre es posible el uso de la factura electrónica, especialmente en las relaciones con empresas extranjeras que tienen normativas distintas a las del propio país.
El procedimiento de la facturación electrónica a nivel global, con sus matices y diferencias, involucra necesariamente dos pasos:
1. Creación y almacenamiento en un fichero de datos de la factura tal cual se ha hecho tradicionalmente.
2. Firma con un certificado digital o electrónico propiedad del emisor que cifra el contenido de factura y añade el sello digital a la misma.
La gran diferencia con respecto a la facturación tradicional es que el soporte en el que se maneja y guarda esta información es digital, por lo que se involucra también la protección de los datos en este ámbito.
Ante este contexto, la Organización de las Naciones Unidas ha propuesto a través de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE) y de la UN/CEFACT, una estandarización sobre el manejo de datos para el comercio electrónico en general, particularmente el que está escrito en lenguaje XML. El estándar es llamado UNeDocs.
Este estándar de manejo de información es indispensable, ya que en la economía global contemporánea el comercio depende del rápido intercambio de bienes, dinero y servicios, que a su vez dependen de manejo de información.
Los bienes no se pueden mover tan rápido como los documentos que los describen. Cada año son vendidos en el mercado internacional bienes con un valor de más de 5,500 billones de dólares.
Este estándar de manejo de información es indispensable, ya que en la economía global contemporánea el comercio depende del rápido intercambio de bienes, dinero y servicios, que a su vez dependen de manejo de información.
Los bienes no se pueden mover tan rápido como los documentos que los describen. Cada año son vendidos en el mercado internacional bienes con un valor de más de 5,500 billones de dólares.
Asimismo, la organización GS1 ha organizado comités internacionales de usuarios de 108 países miembro, para conformar las guías de facturación electrónica estándar a nivel mundial.
Estas soluciones se están implementando ante un hecho irreversible: la migración de la factura al mundo digital en su contexto global.
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