Gracias a la facturación electrónica, existe un mayor control en la fiscalización de los negocios informales, que de a poco se vienen incorporando a la nueva cultura tecnológica.
Los contribuyentes que adoptan el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) son en su mayoría jovenes que emprenden un nuevo negocio y conocen las ventajas de se formales, pues además de las prestaciones que obtienen, pueden atender a un mayor número de clientes al tener la opción de darles factura.
Sin embargo, el SAT estima que aún falta que millones de vendedores y prestadores de servicios informales se enteren de las ventajas de hacer negocios bajo la legalidad y sin inconvenientes, pero dada la implementación del CFDI como obligatorio cada vez más vendedores y comerciantes se verpan obligados no sólo a ser formales sino también a convencer a su cadena de proveedores y clientes de que también se formalicen.
Como incentivo a la incorporación fiscal, el SAT ofrece que los contribuyentes que se integren al RIF no paguen durante el primer año de operaciones IVA, además de dar descuentos para el ISR los siguientes 10 años.
La gran ventaja de estos nuevos cambios y nuevas implementaciones tecnológicas es que cada vez serán menores las famosas "mordidas", cuotas y líderes o representantes, permitienco a las familias de negociantes un mayor acceso a los servicios gratuitos de facturación a través del SAT y de Proveedores de Certificación Autorizados (PAC), todo gracias a la factura electrónica.
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